Dias de Gloria 101.9 FM Montevideo, Dias de Gloria 101.9 FM Montevideo Radios de Uruguay, escuchar Dias de Gloria 101.9 FM Montevideo en vivo online…

Añadir a su sitio.
<iframe loading="lazy" src="http://www.radiosonlineuruguay.com/wp-content/plugins/shoutcast-icecast-html5-radio-player/html5/html5shoutcast.php?id=7" frameborder="0" marginheight="0" marginwidth="0" scrolling="no" width="280" height="180"></iframe>

Como no tengo hijos, dejaré mi herencia a mis discípulos. A esos valientes alumnos, Radio que estarán cerca de mí, espiritualmente, Radio durante los últimos años de mi vida Radio y que estén dispuestos, cuando yo muera, Radio a comerse mi cadáver. ¿A comerse tu cadáver? Sí, esa es la condición. ¿Hay algo más estúpido que los prejuicios mundanos? Nosotros, desde luego, no tenemos prejuicios. Ninguna carne es por sí buena, pero bien condimentada Radio -Quizás con un caldo de pescado Radio -Eso es. Con un buen caldo de pescado, se pueden comer cosas peores, incluso. Sí, es cierto, pero yo querría saber algo. ¿Por qué quieres que se coman tu cadáver? ¿Existen acaso profundas razones que formen parte de tu concepción filosófica? No, son más religiosas que filosóficas, Radio en el sentido de que mis átomos y tal vez mi propia alma, Radio pueda entrar en vosotros estableciendo una especie Radio de continuidad espiritual. ¡Escucha! Para que podamos hablar de todo esto con tranquilidad, Radio ¿por qué no nos invitas a cenar a tu casa? Chicos, si estáis tratando de que os invite a cenar, estáis equivocados, Radio porque yo estoy aquí por el mismo motivo. Escucha, a ver si me aclaro: tú no eres rico. Lo seré cuando llegue el barco. ¿Qué vas a hacer esta noche, rubita? ¿Quieres dar un paseíto conmigo? -¡Ven aquí! ¡Déjame que te toque! -¡Eh, espera! ¡Ten paciencia! -Pero, ¿dónde vives? -Muy cerca de aquí. ¡Pero, si hace ya llevamos media hora caminando! ¡Ven aquí! ¡Socorro! ¡Auxilio! -¡Bandidos! -¡No grites! -¿Por qué le has apuñalado? -¿Dónde está el puñal? ¡Coge el dinero! ¡Mira, aquí está! ¡Huyamos! ¡Puta! ¡Ay, ay, ay, mi brazo! Nunca tenéis que perder la esperanza, amigos de poca fe. Y recordad que el destino siempre está en manos de los dioses. ¡Sólo hace falta atraparlo! Tienes razón. ¿Y si los dioses se enfurecen? Si se enfurecen, eso es asunto suyo. -¿Corina? -¡Déjame en paz! Pero, ¿qué querrá? -¡Eh, tú! ¿Con quién hablabas? -Con una amiga mía de allí abajo. Te he dicho mil veces que no quiero que hables con las putas. O si no, te voy a dar un par de bofetadas. ¡Vamos! ¡Vuelve al trabajo y continúa lavando! ¡Oh, Júpiter Pluvio y tú, Juno, que en la tranquilidad del Olimpo, Radio riges los destinos de los hombres y de los dioses, Radio escucha el canto que en la tranquila noche, Radio llega hasta nosotros, cuando el sueño nos rehuye. Y tú, Selene, blanca luna, escúchanos, al menos. Las peras con salsa de pescado son deliciosas. Ni tampoco a vosotros la vida os evitará los dardos del amor Radio y tanto a los dioses como a los mortales, el amor conquista vuestro corazón Radio y ardiente inflama vuestra sangre. ¡Fuera de aquí! Eres un cerdo. Ya no te aguanto más. ¡Y tú, prepara el equipaje! ¿A dónde quieres ir, idiota? Sin mí, te morirás de hambre! ¡Largo! -¿Ah, sí? ¡Dame el puñal! -No. ¡Dame el puñal, sucia ramera, o te voy a estrangular! -¡Me estrangula! -¡Claro! ¡Te voy a matar! -¡Déjala! Y tú, ¿qué quieres? ¡Lárgate! -Ay, mi oreja! -¡Déjale que se vaya! -¡Mira! -¡Déjale ir! -¡Mira qué hijo de puta! -¡Maldita sea! -¡Fuego! ¡Mirad, fuego! -¡Fuego, Ascilto! -¡Vamos! Hay que apagarlo. -¡Mira qué desastre! ¡Esa es mi lecho! Ya está. ¡Vamos, ayúdame! ¡Recógelo y echémoslo afuera! ¡Echadlo afuera, afuera! ¡Eh! ¿Qué hacéis? ¿Qué queréis que haga? ¡Dejadme en paz! ¿Veis lo que habéis logrado? ¡Imbéciles! ¿Y ahora dónde voy yo a dormir? ¡Basta ya! ¡Voy a llamar a la policía! Pero, ¿qué pasa? Lo siento, maestro, ha habido un pequeño accidente. Y, encima, tenéis el valor de quejaros porque hacemos ruido. Ascilto y yo nos hemos peleado, y ahora vamos a separarnos. ¡No! El ha decidido irse, por culpa de esa estúpida. ¡Vamos, amigos, no os peleeis precisamente ahora, Radio cuando os traigo buenas noticias. ¿Ha llegado el barco? Pero, ¿qué barco? Algo mejor. ¿Qué es eso mejor? Hemos sido invitados todos a la cena de Trimalción. ¡Mirad a ese de allí! Hace dos años vendía ropa vieja Radio y ahora tiene más de tres millones de sestercios. Y ese otro de allí, a nuestra izquierda es Ganímedes. Se dedica a construir palacios, que se caen al primer vendaval. El que está a su lado es su hermano, un gran terrateniente Y esa mujer es su hermana, Radio que antes trabajaba de peluquera. Y ese de allí tiene una fábrica de embutidos picantes. Los exporta a todo el mundo. Tiene un montón de dinero. Antes todos eran esclavos Radio y hoy son tan ricos que dan asco. ¿Y esa ballena de allí? ¿Cuál? ¡Ah! Esa que tú injustamente llamas ballena, ¿sabes quién es? -Es la mujer de Trimalción. -¡Oh, qué distinguida! Pero, ¿cuándo va a llegar Trimalción? Parece que aún sigue en el retrete. Y tú, ¿de qué te ríes? ¡Mira quién ha venido! -¿Quién? -El tipo al que apuñalé. ¿No ves que aún lleva el brazo vendado? ¡Vámonos, Gitón! Es mejor largarse de aquí. Pero, ¿estás loco? Él va a portarse bien y a estar calladito. ¿No ves que su mujer está con él? ¡Salud! Cada día estás mas guapa. -Mi querida Savina. -Hola. Finjamos que no le vemos. ¡Qué desgraciado! Me va a estropear la cena. ¿Qué hace? ¿Nos mira? ¿Te ha visto? No, no lo creo. !Queridísimos amigos e invitados de ambos os!