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Bueno, decía una casita por modestia. Me encanta ser modesto. No he estado nunca en Baia, pero siempre he oído hablar que es un lugar de moda. Es cierto. Antes sólo iban las familias de patricios. Pero, ahora, se puede encontrar de todo: rufianes, bandidos y gente de toda clase. Se ha convertido en algo absurdo, todos viven de lo que sacan. ¡Por no hablar de la moda! Se ven allí jovencitos de buena familia, Radio con sus túnicas estrechas sobre sus caderas y sus largos cabellos, Radio todos bien empolvados y con los labios pintados. Hasta el punto de que es imposible distinguir un hombre de una mujer. ¡Perdonadme, pero estoy cansada y me voy a la cama! Perfecto, así podré irme yo luego más tranquilo. -Buenas noches. ¿Vienes conmigo? -Sí. -¿A dónde vas? -A dormir. -¿Has encontrado a caso una cama? -Sí. Duermo con la señora. -¿Con la señora? -Si me lo permite dormirá conmigo. Tengo una cama enorme y estaremos muy cómodas. Como yo debo irme y mi mujer tiene miedo de la tormenta, Radio estoy contento de que pueda dormir con esta chica. ¡Gitón, espera un momento! Tengo que decirte algo. -Estoy muy cansada. Hablaremos mañana por la mañana. -Buenas noches. ¡Escucha! ¿Por qué no te vas mañana? Hay una tormenta terrible. No, tengo un funeral muy importante. Desgraciadamente, los muertos no pueden esperar. Gitón, ¿eres tú? ¡Os voy a denunciar a los dos! ¡Se lo suplico, señora! Nos está buscando la policía. No nos cause más mal. ¡Ya puedes imaginar lo que siente una mujer joven y honrada como yo, Radio cuando descubre que en su lecho no está una esclava, sino un joven fuerte y viril. ¿Un chico? ¿Está segura de que es un chico? ¡Y qué chico! No me ha dado ni tiempo para pedir auxilio! Y ahora, ¿qué quieres hacer? Véndeme tu esclava y olvidaré este feo incidente. ¡Muy bonito! ¡Así podrás pasártelo a lo grande, puta! ¡Mira! Yo soy clara y cristalina como el agua. Hubiera preferido que fueras tú quien compartiera mi lecho, Radio pero mi marido es muy celoso Radio y tener una esclava en casa no levanta ninguna sospecha. ¡Yo se lo diré todo a tu marido! Toma este dinero y vete Radio o si no haré que os detengan a ti y a tu amiguito. ¿Puedo, al menos, despedirme de él por última vez? Eres joven y agradable y haces que te deseen las mujeres. No es justo que desees tanto a otro muchacho. Tienes razón. Es mejor que me vaya. ¡Que me vaya de una vez! ¡Encolpio, espérame! Aquí estoy. ¡Lárgate! ¿Dónde has estado toda la noche, basura humana? Si me abandonas, me voy a degollar ante tus propios ojos. ¡No juegues conmigo! ¡Sucio impostor! ¿Por qué no me dijiste que eras un chico? La policía me está buscando; no me traiciones. Nadie debe saberlo. ¡Sí, claro! Pero yo me estaba enamorando de ti, ¿sabes? Estaba cayendo en tu propia trampa. ¡Espérame! Encolpio, no me abandones. -Finge que soy tu esclava. -No. Ya no puedo volverme atrás, porque te he vendido a esa señora. -¿Cuánto te ha dado? -. sestercios. -¿. sestercios? -Sí. ¡Marchémonos, antes de que ella se despierte! Os he reunido aquí, hermanos y discípulos, Radio para hablaros de todo lo que está sucediendo aquí; Radio para hablaros del pecado, que se esconde bajo la infame y engañosa belleza; Radio para hablaros de estos, de estos hombres, Radio que hacen ostentación de su riqueza y de una desenfrenada vanidad, Radio que viene envuelta en esa música lasciva de eso templos del vicio. Esta nueva Sodoma, esta Babilonia, esta Síbari, Radio dónde todos sólo se dedican al culto de los sentidos y el dinero. Pero ya de vuestros placeres sale un olor a podrido, Radio porque la ira del cielo está presta para hundir vuestras naves Radio y dejará de oírse esta música lasciva. Y os digo a vosotros que estéis atentos. Rechazad todos los halagos, Radio que esta sociedad quiera daros. Y tú, ¿que vas a darnos a cambio? Una sociedad basada en el aburrimiento, Radio la opresión, el oscurantismo y la idolatría de la muerte. Eso es una calumnia. Yo Radio yo soy el filósofo Demetrio del Carso Radio y pertenezco a la gran escuela estoica. Os escondéis bajo la noble túnica de los Estoicos. Pero, en realidad, sois una secta venida del Oriente: Radio una banda de locos visionarios. Y mientras predicáis amor y piedad, estáis sembrando anarquía y terror. ¡Ten calma, hijito? ¿Por que te atreves a contradecir al maestro? Podría ser peligroso. ¡Ponte en pie! ¡Fuera! ¡Fuera todos! ¡Fuera del campamento! ¡Ven! ¡Ven por aquí! ¡Eh, venid aquí! ¡Subid! ¡Venid! Habéis tenido mucha suerte. -¡Pero si esto es un prostíbulo! -¿Y qué? ¡Hola! -¡Déjame en paz! -¡Qué chica más guapa! -¿Eres nueva? -¡Quita esas manos! ¿Qué quiere, éste? -¡Ven! -¡Quítale las manos de encima y lárgate, sucio puerco! ¡Veamos si existe otra salida! -Mi pajarito está cansado Radio -¿Qué haces, metiéndote siempre en medio? Radio y no canta. ¡Ya no canta más! Si me quieres, haz que cante. Soldado, ¿has ganado dinero? ¡Corina, tres horas después de la puesta de sol, debe cerrarse el burdel! ¿Cómo que debe cerrarse? ¡Claro! Porque tengo que escribir y no quiero que me molesten. -¿Está claro? -¿Y se puede saber qué diablos escribes? ¡Lo que me da la gana! Canciones, poemas, comedias Radio
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