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-¿Golawski? -Un siete. Lo ha sacado. Milko, Lukasz Milko. Siete. ¿Sí? Pensaba que tenía un seis. Siete, apunta un siete. ¿Ha habido muchas enfermedades en tu familia? Crónicas o hereditarias, quiero decir. No sé, ¿por qué lo dices? Es un tema interesante. ¿Tienes fotos de niña? ¿Dónde las tienes? ¿Las vemos? No tienes ninguna planta. ¿No te gustan? -Aquí no sobrevive nada. -¿Por qué? No tengo mano para las plantas. O quizá es que nunca me han regalado. Tú podrías ser la primera. Me alegro de que no aprobaran esa ley. A vosotros no os gusta trabajar. Pensaba que nos casaríamos cuando tuviese el dinero, pero Sí, pero lo estáis haciendo ahora. Coged más remolacha. -¿Queréis postre? -Sí, sí. El dinero no compra la felicidad, es la felicidad la que trae el dinero. La gente no tiene ningún plan, solo hacen que quejarse. Cada día te pareces más a mamá. -¿Puedo ir a jugar? -Claro, cariño. -¿Has acabado, papá? -Sí, gracias. ¿Qué tal tu padre? Bien, gracias. ¿Vamos al cine mañana? -¿A las ? -No. -¿A las ? -No. -¿A las ? -No. -¿Estáis bien? -Sí, genial. Las típicas patatas asadas, una ensalada. Esta ensalada es la especialidad de mi madre. Especialidad de la casa. ¿Qué tal tu cabeza? ¿Y la tuya? ¿Quieres un aperitivo? Prueba. -Esto mañana para trabajar. -No podrás ir a trabajar. -No puedo permitirme faltar. -No deberías. Deberías quedarte en la cama por el traumatismo. Sí, mamá. ¿Te quedas conmigo, un rato? Si se para, estamos jodidos. ¡Empuja, venga! Joder, Magda. Uno, dos -Un empujón más. -Ni de coña. Refuerzos. Estamos salvados. -¿Nos ayudará? -Ahora verás. ¿Qué hacéis? Dando un romántico paseo en esta antigualla. -Empujando. -De barro hasta las rodillas. Ella está de baja. -Llamo a un taxi. -Espera en el coche, yo te llevo. -Estoy preparando el terreno. -¿Para qué? Para que el bebé sea concebido con amor. No lo estropees, porque mi madre no pagará la siguiente. -Fue idea tuya. -No, fue tuya. Desde el principio. Así que para. Borra esa sonrisita. ¿No puedes controlarte cuando está ella? ¿Qué tienes, años? -¿Puedes parar? -¿Qué haces? A la . ¡Vete tú a la ! No tienes por qué ponerte celosa. Me sé cuidar. -¿Dónde te dejo? -¿Qué te pasa? ¿Dónde te dejo? -Está dormido. -Muy bien. Hola, papá. Vamos, arriba. Abajo otra vez. Necesitas un afeitado. La próxima vez te afeitamos. Hace calor, ¿no? Te he traído tabaco. Fruta. Mandarinas, peras. Aquí tienes zumo. Y más monedas. Las pongo en el bote. ¿Vemos la carrera? Falubaz. ¿De verdad quieres traer niños aquí? ¿Qué pasa? Lo decía de broma. Hay que quitarse los zapatos. Caray. Cómo mola. Está muy bien. «El vientre de una mujer puede calmar incluso al mar». No sé, era algo así. Anasyrma. No, es un proverbio latino. Anasyrma es un antiguo ritual egipcio en el que las mujeres enseñaban los genitales. Hay una historia de cuando los persas lucharon contra los medos y perdieron la batalla. Iban huyendo por un camino. Y de pronto se encontraron con una hilera de faldas levantadas. Una hilera de coños. Las mujeres se levantaron la falda para mostrar su fuerza interior. Los hombres volvieron al