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-Te guardo el abrigo. Es bonito esto. No saldrá barato Tienen que rascar la vieja pintura del parachoques. Luego le ponen cobre, y sobre el cobre Blanco sobre rojo, cae bien al ojo. Rojo sobre blanco, cae por el barranco. -¿Es la última? -Sí. Gracias. ¿Fumamos un poco? Buena idea. ¿Tú fumas? ¿Dónde trabajas? Vi un documental buenísimo. No recuerdo en qué canal. -Sobre espadas samuráis. ¿Te suena? -No. Lo primero es que para probar esas espadas Cogen a muchos prisioneros Haz el favor. Y los cortan en pedazos. Pero eso no es nada. Para producir esas espadas utilizan acero. Las buscan en esos riachuelos que hay en Japón. Les cuesta varios meses. Es un ritual como mágico, pero muy aburrido. Pero lo mejor es que el tío, el que estaba contando la historia, estaba al borde de las lágrimas, porque ahora ya no les dejan probar las espadas con la gente. El bambú es lo que más se parece a una espina dorsal humana. Conozco otra versión de la historia. -¿Sobre las cañas de bambú? -Sí. Hay tres hippies sentados y del cielo cae un palo. ¿Un palo de bambú? No, solo un palo. ¿Qué pasa? No se parece. Resulta que el palo es un hombre muerto que el cielo ha enviado en forma de palo. ¿De dónde sale eso? De una revista mensual de literatura. ¿Queréis hacer un trío? Conmigo solo. Tengo que ir a mear. Al fondo del pasillo a la derecha. Me he perdido, dime. ¿Pensabas que los tres acabaríamos en la cama? Déjalo. ¿Pensabas enseñarle tu bambú y follártela mientras yo me tomaba un café? -Te hago. -¿Qué? -Un café. -A la . -Estás borracha. -¿Ah, sí? No me digas eso, no me lo digas. ¿Hola? Hola, Sylwia. Sí, está, espera un momento. ¿Tenías que hacerlo? Podías haber tenido una hermana. ¿Si acabamos de follar? No, nada de eso. No, Sylwia, no estoy ovulando. Los cubiertos son lo único que queda. Nunca vi la cocina de Malvie. -Te hago un café. -No necesito café. -Deja de intentar tranquilizarme. -Para, por favor. No me digas que me calle. ¡Sexo! ¡Inseminación! ¡Ovulación! ¡Análisis! ¡Reunión! ¡In vitro! ¡Aborto! ¡Subrogada! ¡El puto dinero! ¡No va a salir nada! Para o te arrepentirás. ¿Me quieres? ¿Me quieres? ¿Qué me estás preguntando? ¡Te quiero! ¡Vamos a querernos, joder! Pensaba que podía ser Quizá sea nuestra última oportunidad. Quizá sea mi última oportunidad. Si no sale esta vez, lo dejo. Yo me encargo de todo. Ya lo verás. ¿Cuánto tiempo te costará arreglarlo? Una semana o así. -Dame tres. -¿Para qué? La convenceré. No se lo puedo decir de golpe. La cuidaré, la ayudaré. -No sé cuánto bebimos. -Nina, por favor Le pagaré el tripe que a las del portal web. Ya sabes que no es solo cuestión de dinero. Ya se ha ido una vez, ¿recuerdas? No le gustamos. Y a mí ella tampoco. ¿No? Vale, tres semanas es demasiado, pero puedo alargarlo hasta dos. Muy bien. -Buenos días. -Hola. -¿Quién es? No lo conozco. -Es nuevo. Samuel. Muy bien. -Te lo dejo aquí. -Gracias. ¿Me pasas el azúcar? Tres cucharadas. Tres. Bien dulce. Gracias. ¿Qué haces? ¿Te puedo ayudar? -¿Puedes cantarme las notas? -Claro. Marcinkowska. Marcinkowska Aneta, de primero. -Un diez. -Sobresaliente.