Escuchar Radios de Uruguay La Z 88.9 FM, Radio en vivo online. La calidad y la emisión continua.

Añadir a su sitio.
<iframe loading="lazy" src="http://www.radiosonlineuruguay.com/wp-content/plugins/shoutcast-icecast-html5-radio-player/html5/html5icecast.php?id=142" frameborder="0" marginheight="0" marginwidth="0" scrolling="no" width="280" height="180"></iframe>

Llevaba enterrado quizá un año. Su ADN se corresponde con el de Kate. Ese niño era Robert. Su hijo. ¿David era el padre? No. Su padre era el joven que murió en el incendio de ese Hospital. Martin Walker, su mejor amigo. No sólo se halló el cadáver. Junto a él había un objeto. Se trata del arma del crimen. En él se hallaron células epiteliales de David. Él pudo Estuvo removiendo la tierra. Desenterró el cuerpo. Sus epiteliales son de la misma antigüedad que los restos. David empuñó esa arma antes de ser enterrada. Su paciente mató a un niño inocente e indefenso. En el sótano de David, encontraron restos de sangre seca del niño. Tras esa puerta que nunca abrió en sus grabaciones. Imagino que allí lo mató y luego trasladó el cuerpo al bosque para enterrarlo. Encontramos a Kate dentro del armario del sótano. ¿Muerta? Eso creyó David. Se está recuperando en el Hospital. Estaba tras esa puerta del sótano. «Querido David: Te escribo esta carta porque no contestas mis llamadas y no consigo comunicarme contigo». Ni siquiera tu padre quiere hablar conmigo, ni decirme dónde estás. Él nunca me aceptó. Yo no quería que te enteraras así. Le pedí a Marty que no fuera él quien te lo dijera. Quería hacerlo yo. Robert es tu hijo, quizá no biológicamente, pero tú lo has criado y lo has querido como si fuera tuyo. Lo mío con Marty fue un error. «No sé si llegarás a leer esta carta, pero si lo haces, ojalá puedas perdonarme. Kate». Según la fecha, Kate le mandó esta carta a David hace un año. Poco antes de que ocurriera todo. Pudo ser lo que le hizo perder la razón. En eso estamos de acuerdo. ¿Cuándo fue la última vez que vio a David? El día anterior a su suicidio. Hola. Sí. ¿Mañana? De acuerdo. Hacía varios días que no sabía de él. Me tranquilizó que accediera a verme. Aunque no me enseñó lo que había grabado. ¿Y ni siquiera entonces le comentó nada de lo que había hecho? ¿O de lo que pensaba hacer? No. Le propuse una nueva sesión de terapia, pero se negó. ¿Sólo hablaron? Sí. Hablamos unos minutos y se marchó. ¿Por qué no grabó esta última conversación en su despacho? Estaba muy alterado. Ni siquiera entró. No lo juzgué conveniente. ¿Juzgar? ¿Por qué miente? Casi no nos queda tiempo. Hola, David, gracias por venir. Doctor, necesito contarle algo. Pasa. Sé que hice algo terrible. Y esas voces me han hablado de usted, doctor. ¿De mí? Y de mi padre. De usted y de mi padre. Algo va a suceder. No te preocupes. No te preocupes, voy a ayudarte. Para ello necesito que realicemos una nueva sesión de hipnosis. Siéntate, por favor. Siéntate. Algo sencillo. ¿De acuerdo? Muy sencillo. ¡No, no, no! Doctor, no, por favor. No, la última vez David Eso fue diferente. Confía en mí. Confía en mí, David. Bien. Déjame, a ver. Vamos a ello. Bien, de acuerdo. Quiero que me escuches atentamente. Cierra los ojos. Háblame de esa mujer que viste en esa habitación de Hospital. ¿Lo recuerdas? En la habitación oscura. David Era una noche lluviosa. Necesito que me hables de ella. No grabó esa última sesión, pero David sí lo hizo. El resto ya lo sabe.